miércoles, 27 de febrero de 2013

De: "a las tres de la tarde" -Ana María Serra


REMORDIMIENTO

sólo
una hoja crujiente
triturada por mis dedos
sus poliedros luminosos
se me pegan a la piel

no sé por qué la he roto
con paciencia
con deleite
como si estrujara tu vida

me sentí dios inclemente
ella se entregó a mis pies
para que yo la tomara

y ahora
ante sus despojos
de pedacitos resecos

siento una gran desazón
mientras me lavo las manos



LA HORA DEL ENSUEÑO 

la bruma
densa cortina húmeda
me empapa de apariencia

mínimos caracoles abrazan mis pies
las olas cantan devenires

tropiezo    no caigo
me guía el instinto
en esta ciega marcha

de improviso

la arena muda en hierba
un bosque me abre el camino

cantata de pájaros silvestres
que siembra bálsamo
en mi cansada osadía

hilvano pétalos de suspensos colibríes
la brisa hornea jazmines
y una flecha de luz
se filtra en la enramada

mi piel
es plata y oro en este amanecer

jueves, 21 de febrero de 2013

PINTURA Y LITERATURA- FRAN RECACHA


Pintor nacido en Badalona (Barcelona) en 1976, proviene de una familia humilde que buscaba mejores condiciones de vida. Desde pequeño sintió inclinación por el dibujo y la pintura y ha recordado la época en que siendo niños, junto con su hermano pintaban en las paredes de su casa con el consentimiento de sus padres.
“Recuerdo tres libros de pintura en mi casa, uno de Picasso, otro de Velázquez y otro de Dalí. Siempre tuve en claro que quería encaminarme hacia algo relacionado con el dibujo (…) me matriculé en el colegio de artes y oficios de Badalona, el IES Pau Gargallo en donde coincidí con bastantes buenos profesores y en donde empecé a tomar verdaderamente conciencia de lo que era la dedicación a la actividad artística y creativa. Allí tuve muchas horas de dibujo natural, así como mi primer contacto con la pintura, la escultura y el grabado. También me enseñaron a observar y analizar una obra de arte, a visitar exposiciones y a conocer los materiales y como usarlos correctamente. Luego entré en Bellas Artes, en la Universidad de Barcelona, y para ser sincero, allí no aprendí nada que no supiera ya. Aquello fue para mí como un gran taller, donde desarrollar lo que ya había aprendido en artes y oficios”
Sus óleos tienen una doble mirada: hacia el pasado y el presente, ya que reinterpretan obras clásicas de temática mitológica, adaptándolas a la época actual. Su obra trasmite “el doble sentido o el simbolismo que representa algo onírico”.
Pero, según Fran reconoce, “…también me gusta hacer interpretaciones más o menos libres de temas y personajes literarios. También tengo mis propios personajes, pero muchas veces se me ocurren cosas a través de ver noticias en la TV o de leer alguna cosa en un diario. También he descubierto que los viajes largos en coche son buenos momentos para la imaginación y de allí he sacado buenas ideas”




“Arte es una razón de ser, una manera de comunicarse, de expresar ideas, de hacerlas visibles. Pero por supuesto bajo una serie de condicionantes estéticos y formales… Pienso que NO “todo vale”. Desde que Duchamp hiciese sus “ready mades” (el urinario, el botellero…) a principios del siglo pasado, el arte ha ido degenerando hacia la más triste de las decadencias. Ya han pasado muchas décadas desde que enlatara la mierda de artista. Es especialmente grotesco ver como mucha gente se ha tirado de cabeza a la creación plástica bajo la bandera del informalismo y las tendencias post-modernas del mal llamado “arte contemporáneo” y además han recibido, y reciben el apoyo de especialistas e instituciones. Es indignante ver como existen “artistas” que reciben premios por torturar hasta la muerte animales, y preocupante que existan entendidos que lo justifiquen y sobre todo que lo consideren un trabajo de mérito. Hoy existen muchas galerías, fundaciones y museos de arte contemporáneo que hay que llenar de lo que sea con tal de llevarse alguna subvención… Y diría que todo lo que ponga en duda ese negocio hay que ignorarlo y justificarlo.”

“Pienso que estamos en un momento en que para evolucionar, de nuevo hay que mirar atrás. Tenemos que volver a aprender de los grandes maestros, a recibir todo su conocimiento y adaptarlo a nuestro tiempo. Solo de esa manera se puede volver a un arte honesto, interesante y válido por su propia calidad. Como oí decir a una buena artista, una obra de arte no puede ser como un estucado de la pared… Una obra de arte es una ventana abierta a la imaginación, a aquello que nunca pensaste que existiera, o a lo que imaginaste, pero no sabías como expresarlo… Una obra de arte es aquella que no necesita ningún tipo de justificación, que su presencia impacta y te deja sin palabras, que necesita de un tiempo para digerir y analizar, que te conmueve y te inspira, que te sorprende y te sacuda el alma.” 



Las obras de Fran Recacha que aparecen en este artículo, por orden de aparición, son las siguientes: "Eros", "Don Quijote", "Oh, Wonderland!", "Medusa", "La tentación (Blancanieves)" y "Odiseo".

martes, 19 de febrero de 2013

2 FALSIFICACIONES 2 -MARCO DENEVI


LA CONTEMPORANEIDAD Y LA POSTERIDAD

En un hotel de mala muerte, calle Campagne Premiére, año 1872, un académico espía por el ojo de la cerradura el cuarto contiguo al suyo. Ve, escandalizado, que un hombre y un jovencito están haciendo el amor. Llama a la policía y los gendarmes se llevan presos a los dos viciosos. Entonces el académico vuelve a su habitación y, más tranquilo, prosigue escribiendo una tesis académica, erudita y laudatoria, sobre la poesía de Paul Verlaine y de Arthur Rimbaud.
Mientras tanto, en la comisaría, los dos viciosos, interrogados, dicen llamarse Paul Verlaine y Arthur Rimbaud, respectivamente, y ser de profesión poetas. En el bolsillo del hombre es encontrado un poema que se titula Vers pour être calomnié.





 LA ACIAGA NOCHE 1002


No se oyen más que portazos. El portazo de Teseo después que Ariadna le pregunta: ¿Y? ¿Para cuándo otro minotauro? El portazo de Minos porque Pasifae, aburrida se asoma a la ventana y mira al toro. El portazo de don Juan Tenorio apenas doña Inés quiere saber qué harán para pagar a los acreedores.

viernes, 15 de febrero de 2013

RECORDANDO A SILVINA


Silvina Ocampo, escritora argentina de familia patricia, hermana de Victoria, esposa de Adolfo Bioy Casares y amiga de Jorge Luis Borges. Además de su lengua natal, fue instruida desde pequeña en lenguas extranjeras –inglés, francés e italiano-. Estudió pintura en Europa con maestros famosos, pero su pasión fue la literatura.
Escribió cuentos y novelas cortas en los que predomina la ironía y a veces la crueldad. Niños y mujeres son sus protagonistas preferidos; precursora de lo fantástico como elemento que convive con lo cotidiano, inquietante para el lector, no así para los personajes. También escribió poemas, en los que desarrolló toda su sensibilidad y su amor por la naturaleza; recordemos el extenso texto que conforma el libro “Invenciones del recuerdo”, en el que la autora, a través de sus recuerdos de infancia y adolescencia, abre la puerta de sus vivencias y el lector penetra en un pasado fascinante.
Silvina decía “no soy sociable, soy íntima”, ya que nunca aspiró a ser una persona pública. No le interesaba la notoriedad ni el reconocimiento,  la prueba es  la gran cantidad de obras inéditas que dejó al morir. Siguió escribiendo hasta los 85 años y siempre conservó un halo de juventud; simplemente encontraba felicidad a través de sus producciones.
“Autobiografía de Irene”, una de sus obras más reconocidas, fue el disparador que utilicé para componer  un texto que por momentos la parafrasea y por momentos intenta encontrar alguna explicación.

IRENE ESCRIBE SU VIDA
 Momento dichoso. Irene se anuncia su muerte. Con 25 años, la muerte imaginada en los espejos  le llega con el rostro de su infancia. Irene teme. Continuar con vida sería maldición. La muerte vestida de agua y fuego en los ancestros.
De su padre heredó la seriedad, la flexibilidad admirada de su pelo y la paciencia; de su madre la blancura de su tez, la afición a la lectura o a las labores y cierta timidez orgullosa y antipática.
Un perro lanudo llamado Jazmín, una virgen de diez centímetros de altura, el retrato al óleo de su abuelo materno y una enredadera con flores de campana de color anaranjado le quedaron como recuerdos de niñez. El perro nació imaginario en sus juegos y se concretó en la adivinación de un tío.
Ella le rezaba a la virgen y le ofrendaba flores y espejitos de colores y su madre temía que se volviese santa. Un paisaje sin árboles y poblado de  fantasmas se traslucía en las viejas paredes de la sala. Irene se asustaba y una vez despertó comprendiendo que había escapado de la muerte. Al otro día llegó a la casa una virgen de Luján.
Ella amaba el color naranja de los pétalos de la enredadera y su perfume tenue. Y la había concebido mientras, con amorosos ademanes, quitaba las flores inexistentes del semblante de su madre.
Juiciosa y callada, feliz hasta los 15 años, cuando murió su padre y se terminó la infancia. Irene había previsto el luto hacía tiempo y llorado por él. No pudo recordarlo más después del día de su partida; se ganó el rencor permanente de la madre.
Reconoció sus dotes sobrenaturales, se creyó culpable de la muerte de su padre, culpable y desdichada. Quería visiones agradables. Pero la imagen atroz del cuchillo y la sangre le llegaron con nitidez.  La brisa leve, la bruma y una canción que no podía cantar le anunciaban las tragedias. Perdió el don del recuerdo por adivinar el futuro.
Desde su balcón los niños con caras de hombres llegaban a su mirada consternada. Con los recuerdos de sus amigas, de sus hermanos, de su madre, formó  un rostro. Quiso ardientemente ser una santa; deseó que ese rostro formado fuera el de Jesús.
Conoció a Gabriel -nombre de arcángel, la fuerza de Dios-, su primer amor. Sólo se miente a la gente que se ama. Nunca me olvidaré de ti Gabriel y cuando dijo esas palabras ya lo había olvidado. A través de un vidrio, en la ventanilla de un tren, vio su último gesto -enamorado y triste- borrado por las imágenes de su vida futura. La muerte para recuperar la memoria de Gabriel, nombre de arcángel anunciador de la muerte.
Irene Andrade, modesta argentina que creía ser la única capaz de describir su muerte antes de su muerte. Sin sucesos importantes. Sin curiosidades. Sin recuerdos, la muerte será una llegada, no una despedida.
                                                          Ana María Serra.-


jueves, 14 de febrero de 2013

Dos poemas de Rolando Revagliatti


Al final

Siempre llego tarde al comienzo
aunque nunca
dejo de ser advertible
entre los primeros en llegar

a la convicción
al objeto
al fraude
al reconocimiento

En mí

 En mi coche
en mi caballo
en mi avioneta

postrado

estuve persiguiendo
a mi alucinación.

a la derrota
al recelo
al éxito

al reiterado comienzo
al cual siempre
llego tarde.

Rolando Revagliatti nació el 14 de abril de 1945 en Buenos Aires, ciudad en la que reside, la Argentina.

LIBROS PUBLICADOS en soporte papel: “Obras completas en verso hasta acá”, “De mi mayor estigma (si mal no me equivoco):”, “Trompifai”, “Fundido encadenado”, “Picado contrapicado”, “Tomavistas”, “Propaga”, “Ardua”, “Pictórica”, “Desecho e izquierdo”, “Sopita”, “Leo y escribo”, “Del franelero popular”, “Ripio”, “Corona de calor” (poesía); “Las piezas de un teatro” (dramaturgia); “Historietas del amor”, “Muestra en prosa” (cuentos y relatos); “El Revagliastés” (antología poética personal), “Revagliatti – Antología Poética” (con selección y prólogo de Eduardo Dalter). Sus libros cuentan con ediciones electrónicas, así como también sus cuatro poemarios inéditos en soporte papel: “Ojalá que te pise un tranvía llamado Deseo”, “Infamélica”, “Viene junto con” y “Habría de abrir”,   disponibles gratuitamente para su lectura o impresión en  http://www.revagliatti.net



miércoles, 13 de febrero de 2013

ANTONIO DI BENEDETTO- VOLVER



 Le explico a Horacio:
-Hoy he recibido la invitación para el acto de Manuel que se hizo el lunes.
 Horacio comenta:
-Lindo tema para un cuento fantástico.
 No me dice cómo, queda a mi cargo.
 Decido volver al lunes, pero el acto se ha suspendido. Tengo que volver al jueves, el día que hablé con Horacio.
 Pero al regresar ya no es jueves, sino viernes. Entretanto el jueves ha ocurrido que…
 Reflexiono que de otra manera ya me ocurrió. Yo tenía que buscar, hacia atrás, a una mujer. Y ella tenía que buscarme a mí. Retrocedimos, pero cada uno por su propia inspiración y sin ponernos de acuerdo previamente.
 Nunca coincidimos en nuestros retrocesos e intentando dar con el día exacto para los dos, malgastamos la vida.
 Cada vez llegábamos más atrás en el calendario.
 Deduzco que, de una y otra experiencia, podría sacar una conclusión, aunque evidentemente amarga: No se puede volver a lo que se quiso.
                                                   
                                                                        Cuentos del exilio

lunes, 11 de febrero de 2013

METAMORFOSIS- Ana María Serra




¿Policial negro, novela de terror, cuento maravilloso?, no importan las clasificaciones. Un lector que apela a la trama atrapante para dejar el vacío, la indiferencia, el tedio, el miedo, fantasmas urbanos que lo persiguen día a día. Se mete en el envase de la ficción, se deja llevar
La historia presenta –en principio-  un tipo cualquiera; no cuenta mayores detalles de su pasado aunque en pocos trazos lo esboza cruel, ilimitadamente ambicioso, violento. Un bestial vampiro con pelos y garras que despliega paraguas con púas y se alista expectante a que llegue su presa
El escenario en el que este ser comete sus atropellos es una ciudad sin vida, fondo negro como marco de sojuzgamiento; la náusea, el sentimiento generalizado que todo lo invade como la cobertura de un manto húmedo.  Es el imperio del vencedor al cual todos, sin excepción, deberán someterse.
Ha llegado el momento. El poderoso se cobrará una nueva víctima. Y cuando ésta aparece, se paraliza ante la ferocidad y la desigualdad de su oponente. Mide su notoria debilidad y fascinada (quizá porque presiente que será atrapada en esa capa nervuda, red de intriga y corrupción), empuña su mirada como única arma de orgullo vencido.


En toda guerra hay dos bandos. Pero ésta no es una guerra, es una cacería en la que solamente hay dos seres demasiado desiguales en fortaleza, por lo menos a primera vista.
Voy a fagocitarte porque ése es mi deseo, quiero ver tu gesto de terror antes de que desaparezcas entre mis fauces, le dice el victimario. El otro, como cualquier ser común que ya ve jugado su destino, se permite una mueca de ironía, ¿y si se transformase en el primer héroe? ¿Y si lo enfrentara de alguna manera?


Lamentablemente, nuestro lector  queda en ascuas, porque el escritor ha resuelto que el final quede en sus manos (si por alguna casualidad decidiese continuar la historia por escrito). Y aquí puede producirse otra disyuntiva: ¿se atreverá el lector anónimo a proseguir ese relato?, ¿podrá determinar el destino de ese personaje, asumir la postura de demiurgo que el primer creador no quiso adjudicarse?
Entrar en la trama y quedar encerrado en esa red de palabras ajenas o quizá en las de su propia urdimbre, vacilar entre dos espejos enfrentados, la realidad que vive y la ficción que no puede dejar. Criatura débil, sapo deslumbrado que tal vez se convierta en príncipe con un solo gesto de valentía, sin previo beso de una doncella.
De algo sí que está seguro, y es que, si decide continuar la historia, nunca más volverá a ser esa persona que hoy, por un momento, quiso dejar el vacío, el tedio, el miedo, esos fantasmas urbanos.
                                                           Ana María Serra.-



domingo, 10 de febrero de 2013

"ES TAN LEJOS PEDIR..."- Marité Simón


Conoció a un hombre muy poderoso. Tenía acceso a todas las diversiones, los excesos. También a las penas más profundas, que dibujaba en el corazón de quien se le acercara con tinta indeleble.
            Años compartidos inmersos en mundos distintos, se juntaron en la esquina de dos coordenadas llenas de miel. En voz baja, en un susurro, salían las palabras guardadas en el primer cajón de sus mentes. Arcón de recuerdos, paseos y regalos ebrios.
            Halcones tecnológicos los llevaron a recorrer los cinco continentes. Gondoleros amables les mostraron la dulzura de Aznavour cantando la tristeza de esas calles acuosas si ella se iba.
            Momias egipcias los alertaron del peligro de invadir las tumbas de los faraones. El espíritu de Nerón les llenó de fuego las miradas frente a un paisaje romano totalmente distinto. Los monjes tibetanos liberaron sus mentes de fantasías absurdas, incómodas al momento de vivir. Sintieron la tibieza del Nilo y vieron la cabellera de Cleopatra reflejada en sus aguas.
            Y una poderosa energía les fue trasmitida por las masas cordilleranas del sur de Perú, santuario religioso de los incas.
            Ambos tenían todo cuando estaban juntos. Ella nunca exigió nada. Le llovían las cosas sin mojarla. Cuando quiso pedir, se encontró frente al Muro de los lamentos, infranqueable. Se le antojó derrumbarlo con la uña pintada de rojo de su dedo pulgar. Se corrió el esmalte. Se rompió la uña. Se fracturó el dedo. Los intentos quedaron frustrados.
“Es tan lejos pedir y tan cerca saber que no hay”.
Marité Simón ©

sábado, 9 de febrero de 2013

Gotas afuera- Ezequiel Prado


Una lluvia más, y no es la misma lluvia la que moja.
Caen, de a gotones, se golpean y se unen para huir por el cordón de la calle.
 Y nosotros estamos ahí detrás de la ventana en silencio, mirando, pensando sabe dios en qué cosa; mudos, como si lo que estuviéramos tocando no fueran los vidrios de un ventanal y sí garrotes de una cárcel.
  Sobre nosotros y entre nosotros, Bill Evans parece instigarnos, adormecernos, sentenciarnos, en cada nota pura y densa, en donde la melodía acompaña el bullicio  de las gotas, gotas afuera.
 Llueve,  y empaña el vidrio con el aliento de un suspiro; quizás, debe estar deseando un arco iris nuevo y elegante, o tal vez me confunda y no quiera uno nuevo, sino el viejo que ha visto en el pasado, o supongo mal,  y lo que quiere es volver atrás, a la lluvia que una vez la ha mojado.  
 Llueve, y en el aluvión de gotas perdidas que se pegan y se deslizan en el vidrio porque el viento curva su camino, estamos nosotros, o están ellas o no hay nadie, solamente los ruidos de una lluvia feroz, que remueven en ella y en mi, la arena de una glorieta de cosas sepultadas en el fragor de una noche de verano.
¿Qué trae una lluvia? ¿Qué se lleva con ella? ¿Qué hay en esa agua? ¿Qué  se remueve cuando mueve la arena? ¿Qué viene a decirnos?
  Estáticos, bucólicos, extraviados a la espera de que  ese estado de demora, de perplejidad, de nostalgia enmarañada, se vaya con el agua.
 Afuera, reales e impiadosas,  las gotas dejan a la intemperie una inesperada cantidad de piedras pálidas y oscuras; nos exponen a
algo que quizás, volvamos a ocultar. 

YUKIO MISHIMA- LA CORRUPCIÓN DE UN ÁNGEL (Fragmento)


Mar afuera, la neblina formaba negros los barcos lejanos. Aún así, el día era más claro que el precedente. Podía distinguirse las crestas de la península de Izu. El mar de mayo se hallaba tranquilo. El sol era fuerte, apenas había mechones de nubes y el mar estaba azul.
Contra la orilla rompían diminutas ondas. Pero antes de quebrarse había algo de repelente en los colores de ave nocturna de las panzas de las ondas, como si contuvieran todas las variedades desagradables de algas marinas.
El batir del mar, jornada tras jornada, diaria repetición del batir del mar de leche en la leyenda india. Tal vez algo en el mar conjuraba toda la maldad que había en su naturaleza.
La turgencia del mar de mayo, agitando incansable e inquieto sus reflejos, una miríada de diminutos clavos.

viernes, 8 de febrero de 2013

Un poema de Fabián Casas -Colaboración de Ezequiel Prado


Sin llaves y a oscuras

Era uno de esos días en que todo sale bien.
Había limpiado la casa y escrito
dos o tres poemas que me gustaban
no pedía más.
Entonces salí al pasillo a tirar la basura
y detrás de mí, por una correntada,
la puerta se cerró.
Quedé sin llaves y a oscuras
sintiendo las voces de mi vecinos
a través de sus puertas. 
Es transitorio, me dije;
pero así también podría ser la muerte:
un pasillo oscuro,
una puerta cerrada con la llave adentro,
con la basura en la mano.

Fabian Casas

Mujeres de mi casa- Dayanna Quecano




jueves, 7 de febrero de 2013

"Un amor" (De: "a las tres de la tarde"

toda manos
sopla la brisa
el dulce aroma
asalta la nariz

alguien corta
una flor

todo piernas
fluye el río
se abre paso
entre los escollos

alguien bebe
agua clara

todo bocas
arde el fuego
la noche luminosa
muestra su rostro

alguien llora
con espinas en el pecho

Poema de Paul Auster (13)

Other of I: or sibling
axe of shadow, born bright
where fear is darkest -I breathe
to become your whetstone.
Rasping, as of sparks
that keen, as from mire, waves
of sedge that bristle upward
in the hot morning -we would grow
to become part
of such things. Invisible 
at last, as this blood is, buried
under loss that knit
to scars. As the unaborted
who will breathe with us,
standing in the glare
of this lewd and figment sun.

Breve texto de Silvina Ocampo

"He descubierto que en un libro se puede esconder un cuento. Yo escondí uno en uno de mis libros. Después me arrepentí y fue inútil pretender que alguien lo leyera. Si lo publicara en una revista o en un diario, ¿alguien lo advertiría? Es un cuento que aprendió a esconderse, que sigue escondiéndose, y se valdría de otros textos para que nadie lo descubra. Si llevara una ilustración, los lectores pensarían que la ilustración pertenece a otro cuento. Yo no puedo protestar. Ya no es mío. Me ha abandonado".
                                              Silvina Ocampo,Ejércitos de la oscuridad