Le explico a Horacio:
-Hoy he recibido la
invitación para el acto de Manuel que se hizo el lunes.
Horacio comenta:
-Lindo tema para un cuento
fantástico.
No me dice cómo, queda a mi cargo.
Decido volver al lunes, pero el acto se ha
suspendido. Tengo que volver al jueves, el día que hablé con Horacio.
Pero al regresar ya no es jueves, sino
viernes. Entretanto el jueves ha ocurrido que…
Reflexiono que de otra manera ya me ocurrió. Yo
tenía que buscar, hacia atrás, a una mujer. Y ella tenía que buscarme a mí. Retrocedimos,
pero cada uno por su propia inspiración y sin ponernos de acuerdo previamente.
Nunca coincidimos en nuestros retrocesos e
intentando dar con el día exacto para los dos, malgastamos la vida.
Cada vez llegábamos más atrás en el
calendario.
Deduzco que, de una y otra experiencia, podría
sacar una conclusión, aunque evidentemente amarga: No se puede volver a lo que
se quiso.
Cuentos del exilio
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