Sin llaves y a
oscuras
Era uno de
esos días en que todo sale bien.
Había
limpiado la casa y escrito
dos o tres
poemas que me gustaban
no pedía
más.
Entonces
salí al pasillo a tirar la basura
y detrás de
mí, por una correntada,
la puerta
se cerró.
Quedé sin
llaves y a oscuras
sintiendo
las voces de mi vecinos
a través de
sus puertas.
Es
transitorio, me dije;
pero así
también podría ser la muerte:
un pasillo
oscuro,
una puerta
cerrada con la llave adentro,
con la
basura en la mano.
Fabian
Casas
buenísimo, un grande casas
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