sólo
un fantasma se asemeja a nuestro amor pasado
como
un ingrato huésped
ha
entrado sin que nadie lo invitase
una
llaga abierta se ahonda entre los dos
y yo
aquí en mi atormentada perspectiva
contemplo cómo el tiempo ha ganado la batalla
me
percibo un gorrión perdido en la niebla
con
los sentidos equivocados
incapaz de expresar la confusión
la
tormenta de arena nos comió los ojos
ese
refugio que era apenas nuestra casa
hoy
es el espacio infinito
donde
vagamos resignados
mientras avanza el mar que nos engulle
voy
a tejer
un hilo de certeza
para
atraer ese rayo de sol que aún se filtra
en
nuestras figuras desgastadas
de
manera absurda con temor
te
tiendo los brazos casi invocando
me
parezco a una penitente
que
marcha por un itinerario sin final
¿SABRÁN LOS PENITENTES SI HAY UN FINAL EN SUS CAMINOS?
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