el techo de chapas
cúpula abovedada donde se extravía una paloma blanca
teñida de hollín
y mi vista que baja en ángulo recto y descubre a lo lejos
la luz donde el
tren encuentra su libertad
si yo imaginara cada estación de trenes
y el viaje me llevara hasta el pasado
mis pasos pisando el pedregullo de la plazoleta
una espera despeinada por el viento sureño entre palmeras y rieles
si yo describiera cada estación de trenes
y la memoria me remontara a un pequeño pueblo de
provincia
a esa simple construcción
que el cuidador se resiste a olvidar
y la travistió en museo
cuando una tarde de otoño asomada al andén vacío
mi mirada se estampaba
en el viejo puente de hierros
escultura orgullosa y oxidada enmarcada por las nubes
por la que cruza un chico en bicicleta
Muy bella evocación. Lograda en un poema nostálgico y preciso. Me encanta
ResponderEliminarPreciosa Ana María, esa manera de rememorar el recuerdo con tanta pasión. Se siente una mirada apasionada detrás de tus ojos en las descripciones del paisaje. Lo he construido palabras a palabra y me ha emocionado la imagen.
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