lunes, 27 de julio de 2015

DOS TEXTOS DE ANTONIO CALI

EL TREN
El tren pasó tarde esta tarde y casi de largo, como si tuviera miedo a perder la vida.
Su calendario es siempre el mismo, fechas y horarios justos.
A veces parece un comensal de tiempos y distancias subido a esa mesa de metales paralelos.
Nunca se sabe quién lo conduce, tampoco quiénes viajan, ni siquiera si son buenos o malos.
Abre sus pequeñas bocas laterales y come y digiere hombres y mujeres a la vez, sin importar su edad.
El tren se mete en el tiempo, recta y curvamente, el mismo tiempo que tardan en regresar las estaciones del año, el mismo tiempo que ve nacer y morir personas.
El tren se alimenta de tiempo, de personas en los andenes, de los suicidas que no pueden más con el tiempo y la vida.
A veces, tengo la sensación de que el tren se ríe, otras que llora y otras que parece cansado.
Hay trenes vacíos en algún lugar del mundo.
Me dan pena los trenes vacíos, solos, aburridos, sucios, abandonados al sol y a la lluvia, a los yuyos, al óxido mortal de sus bulones.
A veces pienso en los trenes y en la liviandad de los pájaros en cada movimiento.
Sé que hay trenes vacíos en algún lugar del mundo y no sé cómo ayudarlos.
 

LA SED

La sed es una navaja que corta los labios. La semilla cae al surco ya muerta. No llueve hace meses. La raíz necesita gritar su angustia pero nadie la escucha.
Ni siquiera sobrevivió el musgo o el clavel del aire.
El almanaque, esa especie de reloj de papel, indica que es la temporada de la lluvia, pero no llueve, no llueve hace meses.
La luz monocorde del sol en este silencio. Apenas unas pocas sombras demasiado delgadas de algunas plantas. Llegará el hambre en cualquier momento.
Otro se acerca y comenta que alguien encontró una osamenta con un poco de carne.
Mientras tanto duele la sed y las lenguas parecen astilladas. Algunas mujeres ya no tienen leche y sus hijos lloran día y noche. La infancia es una ilusión, la vida también.
Nosotros, aquí, casi desnudos, parecemos insectos afiebrados.

Ya ni saliva tenemos. Estamos secándonos de a poco.

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