A Remo Viale
Me dijo que la piedra en principio era blanda
cuando estaba en las minas, cuando la iban a buscar a las canteras, cuando la
extraían de las entrañas de la tierra.
Me dijo que él le había escuchado el latido,
que había creído que tenía un cachorro entre las manos.
Me dijo que si en esos instantes uno le
pasaba la uña, las marcas de la herida le quedaban tatuadas como en una piel
rasgada.
Me dijo que el tiempo, una vez formada en
roca, hacía su trabajo.
Que el viento y las lluvias, la horadaban y
la endurecían. Que una vez él probó perforar un granito con una herramienta
sofisticada y el resultado fue un relámpago de chispas: la piedra respondía con
su furia.
Me dijo: esas rocas que se nos antojan
inmutables, casi siempre herméticas, son seres vivos. Lo que las hace nuestras
iguales, (soberbios animales de la naturaleza), es la debilidad de sus primeros
tiempos, cuando han sido arrancadas sin piedad del seno materno.
Pero luego llega la estable dureza de su
madurez, después de haber sufrido los rigores de la vida. La agobiante
experiencia, moldea un carácter capaz de declararse con la fiereza del fuego
para defenderse del otro.
Me dijo que muchas veces estuvo a punto de
arrojar su cincel, pues se le antojaba que estaba mutando en asesino.
El escultor me dijo: cuando al fin veo la
obra que sale de mis manos como una nueva criatura, pienso que una vez más ha
triunfado la vida.
muy bueno. Otro para buscar y re leerlo
ResponderEliminarMuy bueno!! Lleno de reflexiones y realidades.
ResponderEliminar¡Muchas gracias, querida Ili!
EliminarMuy bueno!! Lleno de reflexiones y realidades.
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