martes, 11 de febrero de 2014

CLARICE LISPECTOR/ UN SOPLO DE VIDA (FRAGMENTO)

En este texto  hay un personaje, el AUTOR, que como tal, ha creado a su vez un personaje femenino, al que llama Ángela Pralini.

AUTOR.-  No escribo como Ángela. No sólo no tengo práctica sino que soy más sobrio, no me vuelco escandalosamente. Y raramente uso adjetivos.
Ángela es un perro vagabundo cruzando el desierto de las calles. Ángela, noble perro callejero, sigue la senda de su dueño, que soy yo. Pero muchas veces se descarrila y se dirige en vagabundeo libre hacia ningún lugar. En este ningún lugar la dejo, ya que así lo quiere. Y si encuentra el infierno en vida será ella misma la responsable de todo. Si me quiere seguir entonces que me siga porque así soy yo quien manda y controla. Pero no sirve mandar: esta criatura frívola que ama los brillantes y las perlas se me escapa como se escapa el énfasis indecible de un sueño. Difícil describir a Ángela: es apenas una atmósfera, es apenas una manera de ser, un rictus revelador de la boca, ¿pero revelador de qué? de algo que no conocía en ella y que ahora, sin descripción posible, comienzo apenas a conocer, sólo eso. Ella me sopla en susurros lo que es y, si por falta de acuidad mía no la oigo, pierdo su persona.

Si Ángela es una suicida en potencial, como terminé entendiendo, ¿la hago suicidarse? No. No me animo: su vida me es muy valiosa. Sólo que ella tiene el gusto por el riesgo y yo también.

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