Entre
el cielo y la tierra la vida espera
soterrada
la muerte elige
su
silencio ensordece la atmósfera dormida
encajes,
sedas, brocados, tules negros la visten
multifurcados
túneles recogen su paso
absorta
la calma reprime su presencia
el
infortunio teje la red.
La
electora de ojos vacuos
impone
la esbeltez de su atavío
su
energía fantástica
traza
los límites espaciotemporales
azarosa
y esquiva ante el conjuro
despliega
su infinita letanía
desprovista
de señas o de remordimientos.
Quien
la piense maléfica
o
la crea imperativa, abstrusa, intencionada
debe
saberla indiferente, hueca, arbitraria y desdeñosa;
con
una danza ciega
al
final del camino
dispara
una certera flecha envenenada
Es un poema que muestra que lo lindo a veces no es bello. La descripción de algo tan aterrador, pero que una gran poeta convierte en belleza
ResponderEliminarCoincido Ezequiel; es un poema para disfrutar la palabra, a pesar de lo amargo del mensaje.
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