Vencer el miedo
a lo imprevisto
ganar la batalla
recuperar la confianza
a fuerza de constancia
llegar hasta mi centro
sentir la energía
percibir el instante
de felicidad
y una mañana soleada
reencontrar mi mejor versión
Un espacio para los amantes de la literatura y de todas las artes
Vencer el miedo
a lo imprevisto
ganar la batalla
recuperar la confianza
a fuerza de constancia
llegar hasta mi centro
sentir la energía
percibir el instante
de felicidad
y una mañana soleada
reencontrar mi mejor versión
La mujer de la falda violeta, novela breve de la autora Natsuki Imamura, publicada por Duomo ediciones, 2020, ha sido caracterizada por “The Japan News “ como “Una novela sobre lo difícil que es encontrar un lugar en el mundo”
Y esa dificultad, si nos atenemos al breve comentario que está en la tapa del libro, casi como un epígrafe, se le presenta no sólo a la protagonista -quien en realidad no parece notarlo- sino también a la narradora/ personaje, especie de espejo de la mujer de la falda violeta.
La protagonista es una persona diferente de lo que la sociedad espera, se mueve al margen de las convenciones pero su actitud no resulta “escandalosa “, al contrario, parece que lo único que ella desea es pasar desapercibida.
La narradora, intrigada desde el comienzo, especula con similitudes entre la mujer de la falda violeta y otras mujeres conocidas por ella, pero luego descarta tal identidad.
Es así como empieza una especie de persecución o de acoso solapado, cuya finalidad es mejorar la situación social y económica de la mujer de la falda violeta, que necesita con urgencia conseguir un trabajo.
Resuelto el problema, la protagonista se va adaptando a las convenciones sociales de los empleados del lujoso hotel en donde se desempeñará como mucama, sobre todo las que le confían las supervisoras , que consisten en pequeños hurtos cotidianos de las provisiones destinadas a los huéspedes.
Pero además, la mujer de la falda violeta transforma sutilmente su aspecto, se vuelve más agradable, más segura, y entabla una relación con el jefe.
En el barrio, el cambio de la protagonista se nota en su relación con los niños, que ahora admiran a esa adulta que juega con ellos como una más.
La envidia de sus compañeras de trabajo entra en juego, y a pesar de los riesgos que corre la narradora -quien es otra de las mucamas del hotel -para salvarla , la mujer de la falda violeta queda expuesta y desaparece de manera misteriosa.
El final, no exento de cierta vuelta de tuerca, llama a la reflexión del lector sobre la complejidad de las relaciones humanas y la “necesidad de adaptación” a normas sociales y laborales, muchas veces contrarias a la ética más elemental.
Ana María Serra.-
un punto
en el espacio
diminuta pizca
de energía
desvanecida en el sol
transformada por las nubes
en una gota de lluvia
azotada por el viento
mecida por las olas
despierta
absorbe la brisa fresca
a menudo la primavera
llega con algunos dioses
huelen con fruición
el perfume del aire
ocupan todo el espacio
se pasean por el mar
blindado de plata
a veces
los dioses parecen demonios
reposan en las ruinas
bajo un áspero cielo azulado
en vano los ojos humanos
tratan de retener las gotas
los colores tiemblan en las pestañas
el paisaje borroso
se pierde en el horizonte
el mar esparce
breves suspiros sobre las rocas
por un instante
la mañana detiene
su aire con cristales
las voces de los pájaros
estallan la transparencia
Cuatro relatos largos integran este libro de Andrés Barba. Sus protagonistas, una mujer
adulta que asiste al ocaso de su madre, una adolescente autodestructiva, un homosexual
cincuentón y un maratonista obsesivo.
El hilo conductor de estas nouvelles es el cuestionamiento personal extremo que deriva -ya
sea por complejo de inferioridad o por desprecio hacia los demás- en la incomunicación y el
miedo -la fobia- hacia el mundo exterior, en el que se incluyen los seres más cercanos.
“Filiación”, se llama el primer cuento,en el que la protagonista carece de identidad. No
sabremos nunca su nombre, sí el de su madre -aunque el calificativo Mamá suena
intimidante a través de la historia-.
Sin embargo, conocemos el nombre de sus hermanos, María Fernanda y Antonio -la madre
ha combinado su nombre, María Antonia, en esos dos hijos, como una deliberada muestra
de ignorancia hacia la hija que finalmente es la que debe asistirla en sus últimos
momentos.
El miedo hacia la madre, el autodesprecio, la culpa y el rencor envuelven la historia, con
ciertos respiros -mínimos- dados por la relación entre la protagonista y Manuel, su marido..
En “Debilitamiento”, Sara -una niña de diecisiete años- pasa sucesivamente por etapas de
asco por su cuerpo, menosprecio por su madre, comportamiento mezquino y
deliberadamente agresivo hacia su mejor amiga, hasta desembocar en su negación a
alimentarse como una manera de castigar a su entorno familiar.
Luego sobreviene la huída y casi una metamorfosis que la animaliza, hasta que es
internada en un lugar de supuesta recuperación de jóvenes anoréxicas.
Sara es un personaje sin salida , en ningún momento despierta la solidaridad o la
conmiseración del lector, aunque al final revela cierta debilidad al descubrir la traición de
otra adolescente a quien creía haber dominado.”
“Nocturno “, el tercer relato, coincide con el primero en el sentido de que su protagonista no
tiene nombre, sí los otros personajes. De esta manera, el narrador lo tipifica. Es un
homosexual de mediana edad, un solitario que al parecer busca el amor, la compañía. El
artefacto - una revista de encuentros sexuales- será el vínculo para conocer a Roberto, un
joven simple, sin los prejuicios y ataduras del personaje principal.
En realidad esos prejuicios y ataduras son el resultado de la inseguridad y a la vez la
soberbia de un hombre maduro que ha tenido que vivir con culpa su sexualidad. Y esa culpa
lo hará terminar la relación y volver a la soledad, esta vez de una manera amarga.
Con “Maratón” finaliza el libro. Ya el lector se ha acostumbrado a un protagonista sin
nombre, una persona que -tal vez- podría englobarse en un conglomerado de seres que
como él -en este caso, un corredor de maratones- se sienten insatisfechos, y que su único
escape es correr. Los otros dos personajes que se incluyen en el relato, Diana y Ernesto,
son, respectivamente, la esposa y otro maratonista.
La insatisfacción, el desdén hacia su mujer, la superioridad que le marca el acto de correr
que identifica con la libertad; la desconfianza en quien creía un igual, el deseo de venganza,
y en el final, la revelación de Ernesto que sin embargo no lo hace ver su propia realidad, son
tópicos que aparecen en la historia.
Hay una semejanza entre el maratonista y la adolescente auto destructiva, los une la mirada
que sobrevuela a los seres más íntimos de su entorno, una mirada negativa, de personas
tóxicas, Un elemento que se repite en ambos relatos es el parque como refugio, como lugar
en el que pueden ser libres, cada uno desde su problemática.
Éste es uno de los primeros libros de Andrés Barba; un texto que atrapa, que nos mueve a
la reflexión, que no será fácil de olvidar.