observar el
horizonte hasta que los ojos se cierren
rememorar el
instante que en la retina
se colgó
eterno
sentir que
nunca volverá
fantasear
con el camino que lleva hasta ese día
percibir en
la mañana el aire delgado
como un
bofetón en pleno rostro
convertir el
sueño en cenizas macilentas
y reanudar
la rutina
De: Tempo- Editorial Galáctica, 2016
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